viernes, 13 de noviembre de 2009

Confesión de último día

We drink the tears of sky, with our trembling mouths; between earth and grey clouds...



Hablamos, intempestivamente vomitamos las palabras a fin de decirnos lo que nos aquejaba, gritamos en nuestros interiores, colapsados por la ira de nuestra propia distancia, acalorados de ese ardor incompetente de desnudar los sentimientos, un torbellino de caricias con la mirada, hablamos como dos inverosímiles suicidas, sabiendo que se nos acababa la vida con cada palabra, nos tiritaron los ojos, cuando ya no pudimos desmentir que las lágrimas eran por el otro, nos temblaron las manos, cuando intentamos tocarnos con indiferencia y naufragamos. Arrastrados por la marea de una despedida, ahogados por los pensamientos que ambos sabíamos y no podíamos decir, no porque la voz se nos apagara con el dolor que sentíamos, sino porque el dolor era tan fuerte que la voz misma de una confesión lo atizaría hasta consumirse.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

con el paso del tiempo podrás darte cuenta con tus propios ojos que la vida cambia, el mundo cambia y nosotros crecemos en un mundo donde la felicidad y la alegría se consiguen con esfuerzo y con mucho coraje y valentía,
pero finalmente nos damos cuenta que estamos inmersos en un mundo hermoso, tan maravilloso que los ojos son secundarios bajo la influencia de nuestro sentir.
mucha fuera para todo lo que el destino tenga deparado para ti... que simplemente ... será algo mas grande de lo que crees
*//bono//*