Me inspirabas, me atraías a tu regazo tibio, intuías mi llegada y esperabas en la puerta con los brazos dispuestos, me embriagabas, de deseo constante y de ciego amor perpetuo, no eras nada más que puras caricias, no fuiste nunca algo más que suaves besos, inconsciente, pero despierto esperabas en la cama con la mirada ardiendo y las manos desatadas. Más nunca me hablabas de frente, en tu lenguaje abstruso jamás dijiste te quiero, acomodabas tu lengua en mi boca y por inercia o coraje la movías irresistiblemente, nunca para articular palabras. Te miro ahora, cuando el pasado es más claro, cuando las nubes emigraron al sur y disiparon tus torrentes de fuego. Ahí estabas de pie, junto a la puerta, parco y con el libido rebosante, en tu lacónico saludo con el cuerpo delirante, extasiado de ternura y envuelto en el silencio sepulcral que conocí después de irme.
Nos reencarnamos por Sabina
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Por ejemplo tus braguitas de encaje,
por ejemplo mis uñas, tu espalda,
por ejemplo volver de viaje,
por ejemplo quitarte la falda.
Por ejemplo te toca a ...
Hace 13 años.
2 comentarios:
Está escrito para ese hombre alto, algo pálido y que amaba las cosas confusas?
Merma te quiero :D
A veces el cuerpo habla más que las palabras mismas... pero otras veces se empeña en hacernos ver la realidad...
Un abrazo :)
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