sábado, 21 de junio de 2008

Treinta segundos de origami

Aunque verte no sea nada más que regalarnos el cielo sin decir ni una palabra, son los suspiros que exprimimos, parte del sabor a tu piel sin alma, sin importar que nos calmamos con un beso y caímos en la euforia con el mismo, son las excusas las sobrantes en este momento, saborea el café sin azúcar, pues la dulzura te la regalo junto a la almohada y no permitas salir más palabras de tu boca, que los sentimientos podrían traicionar a este lenguaje perfecto de siluetas y bocas, no conviertas en martirio de lágrimas a esta violenta expresión de locura, solo procura seducir y reconquistar porque estos treinta segundos serán los primeros y los últimos de la riesgosa aventura de quererte ilegalmente.

jueves, 12 de junio de 2008

Aniviel - Nyssa

Indagando en sus vastos y vertiginosos ojos Aniviel comenzaba a ser dulce presa de los nervios repentinos de tenerlo ahí tan cerca y Nyssa no lograba remediar los impulsos placenteros que había guardado hace tanto tiempo, separados simplemente por lo que alcanzaban a exhalar sus bocas de la respiración profunda y agitada que comenzaban a experimentar, tejían con los dedos cruzados un hilo de preguntas, un hilo también de convicciones. Por cada milímetro que avanzan sus labios, hacían de la culpa alas de mariposas muertas. Entre lo frenética que resolvía ser la situación avanzaban los botones de una camisa y se deslizaba el nudo de una corbata gris. Cegados y atragantados de tanta ternura sudaban perfumes de frutilla y chocolate, saboreaban el vino de una copa compartida y cerraban los ojos solo para no tener que recordar que el desfase de sus vidas excedía los límites de la vergüenza.

miércoles, 11 de junio de 2008

Un probable viernes

Camine hacía él, sintiendo temblores y ahogos placenteros de una muerte en sus manos, anunciada y escandalosa, pero exquisita muerte de un instante sin respiro frente al inmaculado deseo de regalarle el corazón en una mirada, camine erguida, con la voz contenida en la garganta, con una revolución y un alboroto de alas en el estomago. Él en la otra esquina, tentativamente estiraba su mano al aire, su mano de codiciada admiración y símbolo imponente de poder, de extraordinarios buenos augurios y lugar seguro de desembarco. Sin titubear, desplazando de las circunstancias mi manía coqueta de morderme el labio estreche en un instante de gloria mi mano fría con la suya. Subí la mirada lentamente y en un soplo dulce sus ojos cenicientos se encadenaron a los míos, se abrazaron a mis deseos, empatizaron con mi euforia y lentamente se convirtieron en palabras, en suaves y sublimes voces, en dialectos sugerentes, en lenguajes cómplices y en una invitación para transformarnos en audaces e iracundos personajes encarnadores de la prohibición y la ternura.

domingo, 8 de junio de 2008


Como se me hacen agua las manos entre mis ojos, entregados a la euforía de las lagrimas con sonrisa, esas que no duelen sino que hipnotizan, esas lagrimas de dicha que zigzaguean por el rostro, como bajando por los ríos, fríos y refrescantes, puros, cristalinos y redundantes. Como salan esas lagrimas mi piel blanquecina y desnuda, conviertiendola en mar comercial de sensaciones, de estado de locura, de comisuras labiales expresivas.
Actuando por inercia y acentuando las palabras con arcoiris. Contacto visual, un abrazo, cinco sugerentes palabras y el mundo se pinto del color de tus ojos. Racconto y una nueva sonrisa que ahora ostenta su procedencia frente al espejo.

martes, 3 de junio de 2008

¿Qué es quererte?

¿Qué es quererte?, sino algo más allá de este mundo, es un nudo en mi garganta y un saco de cosquillas bajando por mi esófago, ¿qué es quererte?, es el aire que pesa sobre mis hombros multiplicado por la raíz cuadrada de la tierra que hay bajo mis pies, quererte es divagar y comprender el sentido y dirección del vuelo de las abejas, sentirlo es acomodar tu perfil inclinado a la derecha del mio, quererte es matizar el color de una nube explosiva con la quietud de la noche bajo el mar, quererte es no poder remediar la expresión violenta de mi cuerpo sobre el tuyo. ¿Qué es quererte?, es el sediento del desierto que se agita con un espejismo acuático de placer, es la euforia de tus labios, cuando te pregunto, qué es querer. ¿Qué es quererte?, no es solo un hilo de palabras por coser, tampoco una duda retórica que busca estremecer, no es un silencio luego de un beso, no es una pausa, ni una impertinencia, quererte es dormir bajo el alero de tus manos, sobre tus hombros de ciudad, quererte es pronunciar un te quiero nacido del lado inferior izquierdo a mi cuello, del alojamiento de tu fuego, quererte es comprender que el minuto exacto de sincronía entre los dos es este año, este mes, esta semana, es hoy, es ahora, que me pregunto otra vez; ¿Qué es quererte?, sino un suspiro que florece de la calidez de tu aliento embriagando el mio, es un efímero disgusto con el agua que en su afán de importancia borra tus huellas de mi alma, es un deporte de alto riesgo. Quererte es simplemente desenredar el tejido del cielo, sacar con los dedos un trozo de sol, apagarlo con un suspiro, envolverlo con agua y aceite, guardarlo en un bolsillo sin fondo, encontrarlo con los ojos cerrados y regalarlo sin mirarte de frente. Quererte no es fácil, pero te quiero.

Adrenalina


Procura guardar silencio, para que las miradas no se destruyan y la magia no se esfume, recuerda quedarte quieto para besarte en silencio cuando nadie nos ve, no hables más allá de lo que permiten los oídos ajenos, ni los pensamientos morales de nuestro entorno incomprensible, procura hablar despacio y haz que todo parezca solo una sonrisa, cuando entre lineas me dices te amo, yo por mi parte prometo callarme y mirarte a los ojos para recordarte, que nuestro secreto se salva de la intimidad amistosa de los ojos ajenos y un te amo de mi boca solo se escapa en la soledad de un beso, en el vasto sentir de tus manos o en la adrenalina de seguir escondiéndonos.

lunes, 2 de junio de 2008

Aires



Fue tu negro pelo, tus ojos infernales, los aires de libertad de dos locos terminales, esos más de veinticinco años entre tu y yo, un mundo en contra de lo que provocas, un hombre y una niña, con evidentes sabores a mujer, ¿Quién dijo que esto que siento es incorrecto?, ¿Qué es ilegal frente al amor?, ¿Quién jura hacerme olvidarte?, ¿Quien suplica porque esto sea temporal?. Sumida en la locura incontrolable, en la perfecta mezcla de madurez y juventud, continuo juzgando en silencio si esto no es sólo obsesión y sigo divagando, mordiéndome el labio, consumiendo el alma en un suspiro gradual.

domingo, 1 de junio de 2008

Secreto a voces

Con los ojos encerrados en un sueño fulgente, los dedos de Magdalena jugueteaban impacientes en el pelo de Antonio, como queriendo entrelazar su alma a los pensamientos de aquel hombre que la amaba en silencio y ella admiraba secretamente, desde hace tiempo compartían una amistad infinita, congelada en el secreto de quererse más de lo que sus labios pronunciaban, a veces Magdalena provocaba a su propio corazón hablándose en silencio...
"No me extraña esto que siento, pero no es comparable con nada más que con la obsesión que vengo arrastrando con los años, con el no querer asumir públicamente que me enamore de sus defectos y me acostumbre a sus virtudes mundanas, no quiero aceptar que he complementado sus palabras con las mías y he deseado abrazarlo en cada segundo en que está cerca, no puedo imaginar cuales serían las consecuencias, si cuando ya una vez lo intente, solo gane amarguras y desiluciones. Pero que hago con el descontrol que provoca él en mi razón, si cuando me mira tan dulce y me habla tan suave lo hace secretamente intencional, si cada vez que ríe y ata sus ojos a los míos nos gritamos en silencio un te amo ingente y se funde en una suplica de ternura, que acaba repentinamente con la realidad que acecha convertirnos en amigos nuevamente. Como manipular esto que siento, si cada vez que me abraza, posa mi oído en su pecho y en cada palpitar agitado remueve bruscamente nuestros recuerdos. Esos de hace unos cuatro días atrás, cuando 'accidentalmente' cerramos los ojos para despedirnos y borramos el entorno para olvidarnos de pensar y acomodarnos los labios, uno sobre otro, en un bienestar infinito, cortado de repente, por cuatro pupilas que se encuentran, se miran y se alejan, asustados, avergonzados, mezclados en el placer de probar lo incorrecto y en la premura de alejarse para no volver a mencionar el 'incidente' de nuestro beso".
...y a veces Antonio escribía en un cuaderno, tratando de pasar inadvertido y escondiéndolo en la selva oscura que surgía abajo de su almohada, un tanto nervioso arrancaba las hojas y las tiraba a la basura:
"Magdalena ha convertido súbitamente cada una de mis preocupaciones hacía ella, fui estúpido, ayer la sorprendí con la mirada perdida en el suelo y con una sonrisita delineada en el rostro, tuve la sensación de ser el motivo de su delirante expresión, pero en ese instante me repetí incesantemente que somos amigos. También ayer ocurrió algo inesperado, luego de la última clase de matemática todos corrieron despavoridos fuera de la sala, huyendo de la semana que se acababa, pero ella seguía ahí sentada, dibujando con el mismo lápiz que me arrebato el martes, cuando se dio cuenta que era de ella. Tomé mis cosas y fui a despedirme, tenía esa mirada misteriosa y ese aroma común de su pelo, que aún no sé de donde nace. Nos encontramos sorprendidos en un beso, un largo beso, que no quería contenerse, que no podía remediarse, que estaba sucediendo y yo miraba por debajo de sus pestañas, como la infusión de sabor a culpa desbordaba paulatinamente nuestra amistad irrompible y tristemente se acaba el lapso más intenso de la vida misma, acongojados, avergonzados y felices por acabar con la insipidez de nuestros labios. La quiero, de eso estoy seguro, pero no se lo diré mientras ella siga evitando que esta exquisita sensación florezca".
Se encontró Magdalena, apoyada en el hombro de Antonio, con la mano acalambrada de tanto volcar su amor en el juego del pelo de aquel hombre. Y Antonio se encontró con la respiración dirigida hacía la piel de su amiga-amante. Ambos recordaban el día de aquel beso y procuraban forzar otro "accidente" para esta vez no interrumpirlo.