
Indagando en sus vastos y vertiginosos ojos Aniviel comenzaba a ser dulce presa de los nervios repentinos de tenerlo ahí tan cerca y Nyssa no lograba remediar los impulsos placenteros que había guardado hace tanto tiempo, separados simplemente por lo que alcanzaban a exhalar sus bocas de la respiración profunda y agitada que comenzaban a experimentar, tejían con los dedos cruzados un hilo de preguntas, un hilo también de convicciones. Por cada milímetro que avanzan sus labios, hacían de la culpa alas de mariposas muertas. Entre lo frenética que resolvía ser la situación avanzaban los botones de una camisa y se deslizaba el nudo de una corbata gris. Cegados y atragantados de tanta ternura sudaban perfumes de frutilla y chocolate, saboreaban el vino de una copa compartida y cerraban los ojos solo para no tener que recordar que el desfase de sus vidas excedía los límites de la vergüenza.
1 comentarios:
Aniviel...
Hacía mucho tiempo que no venía por estos lugares... revisando mis comentarios anteriores encontré uno tuyo y decidí regresar a saludarte y a visitarte... Ojalá pronto regreses a mi blog...
Un abrazo ;)
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