Como se me hacen agua las manos entre mis ojos, entregados a la euforía de las lagrimas con sonrisa, esas que no duelen sino que hipnotizan, esas lagrimas de dicha que zigzaguean por el rostro, como bajando por los ríos, fríos y refrescantes, puros, cristalinos y redundantes. Como salan esas lagrimas mi piel blanquecina y desnuda, conviertiendola en mar comercial de sensaciones, de estado de locura, de comisuras labiales expresivas.
Actuando por inercia y acentuando las palabras con arcoiris. Contacto visual, un abrazo, cinco sugerentes palabras y el mundo se pinto del color de tus ojos. Racconto y una nueva sonrisa que ahora ostenta su procedencia frente al espejo.
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