lunes, 1 de diciembre de 2008

Indeleble


Te apareces a cada segundo,

en cada letargo de mi vida,

y así tu recuerdo renace incansablemente.

Cuando está todo en orden

y escucho tu voz, reapareces.

Aun cuando cierre los ojos te veo

y en un destello de luz me encegueces,

aunque intente perpetuar la calma

que construí cuando te fuiste,

una palabra tuya

remece el lago sereno de mi existencia,

acaba con la dicha de olvidarte

y oscurece el día travieso de mi remanso.

Ufanaba del logro de no tenerte

cuando volviste corrompiendo el día,

destruyendo los sueños,

imponiendo tu impronta sobre mi voluntad

y aclamando el amor que quemamos un día.

No hay otra historia que contar,

sino la única revelación ante mi pena,

que es la imposibilidad de borrarte,

la incapacidad de largarme,

la inutilidad de mi odio

y la ineficacia de mis mentiras

en el intento de acabarnos.

sábado, 29 de noviembre de 2008



Qué puedo hacer yo, tan vulnerable a tu piel, inconcebiblemente adverso a mi imaginación abstrusa has tocado en un segundo el más recóndito lugar de mis respiros, yo sé que entiendes lo que mi corazón quiere decir cuando me miras así a los ojos, únicamente suave, eres sólo brisa y eres sólo ocaso, cuando enredados en un estúpido flagelo de incontinencia emocional nos separamos irrevocablemente, cálido y tan puro en la simpleza de un abrazo arrancamos del entorno incomprensible, faustos de latidos que corren a prisa. Como siempre es mi oído en tu pecho el que conoce el sentir de tu interior frágil, es así mi boca siempre la que se acerca a ti encantada y temerosa, para no concretar jamás el sí de amantes, para nunca confirmar el te amo que seguimos ocultando. A tus ojos, a los mios, a los de las luciérnagas que nos observan seguimos siendo un amor de risas, una mentira graciosa, se nos continúa desbordando el cariño y espero contenerlo antes que derrumbar las ilusiones del cielo.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Sólo un beso prolongado


Me inspirabas, me atraías a tu regazo tibio, intuías mi llegada y esperabas en la puerta con los brazos dispuestos, me embriagabas, de deseo constante y de ciego amor perpetuo, no eras nada más que puras caricias, no fuiste nunca algo más que suaves besos, inconsciente, pero despierto esperabas en la cama con la mirada ardiendo y las manos desatadas. Más nunca me hablabas de frente, en tu lenguaje abstruso jamás dijiste te quiero, acomodabas tu lengua en mi boca y por inercia o coraje la movías irresistiblemente, nunca para articular palabras. Te miro ahora, cuando el pasado es más claro, cuando las nubes emigraron al sur y disiparon tus torrentes de fuego. Ahí estabas de pie, junto a la puerta, parco y con el libido rebosante, en tu lacónico saludo con el cuerpo delirante, extasiado de ternura y envuelto en el silencio sepulcral que conocí después de irme.

sábado, 13 de septiembre de 2008



Ella sentada, esperaba impaciente que el reloj diera las doce, el instante preciso para levantarse de su pupitre, correr disimuladamente hacía su profesor, atraparlo en una mirada y complacer su deseo de amarlo secretamente, era el momento de despedirse, el único momento en que podía acercarse todo lo que quisiera y besarlo en la mejilla ingenuamente para marcharse sonrojada y feliz.


Antes de lanzarse a la segura revolución de sus sentidos, Emilia no pudo evitar el cliché de repasarse el brillo labial, y así emprendió la travesía que tanto esperaba cada viernes. Con el caminar coqueto que la carectirizaba se acercó.



- ¡Chao profe! - dijo, casi como no prestando atención a su corazón que latia a prisa y se inclino para besarle la mejilla lentamente.



- Emilia, espera - dijo Manuel, su profesor, cuando ella ya disponía a alejarse tristemente. Él se le acerco algo timido, su semblante parecía el de un adolescente enamorado, con la mirada temblorosa se había quitado unos veinte años de encima y parecia compartir su exquisita complicidad con el mundo, no le importaba decirle a la vida que estaba sintiendo un amor infinito por esa chica de dieciseis años.


Posó su mano de hombre en la cintura de Emilia, la acerco sutilmente a su cuerpo y comenzó su confesión abstrusa de sentimientos deliciosos. Emilia lo observaba atónita, hace tanto tiempo amaba escondida a su profesor de literatura que ya casi no recordaba cuando había dejado de pensar en sus compañeros de curso como posibles novios. Ella amaba su impronta de hombre, estaba hechizada de su encanto maduro, de su aroma de experiencia, adoraba sus ojos grises, su voz imponente, ¡amaba su vida!, Emilia quería tanto la vida, que no podía evitar venerar sus cuarenta y seis años de existencia. La confusión dentro de ella parecía ir en aumento, ¡estaba frente a él!, lo que tanto había deseado todo este tiempo, que el correspondiera su pasión juvenil, Manuel la estaba abrazando, estaba mirandola a los ojos, diciendole que sentía lo mismo que ella, estaba acercandosele a los labios y no le importaba que todo el tercero medio del colegio estuviera mirandolos embobados, a su al rededor veía difusas las siluestas de sus compañeros, escuchaba los interminables murmullos, veia sus caras de sorpresa, sus alaridos estridentes le retumbaban en la cabeza, no sabía que hacer. Estaba ahí entre sus brazos, ¡besandolo!, ante el mundo, ante la verguenza, ante la inmoralidad que eso significaba. Pero no importaba nada en el universo en este instante, eran ellos dos, únicos, como solos, detuvieron el tiempo por cinco minutos en los que se encadenaron sus sabores y se amaron efímeramente en un beso tierno.




Emilia no entendía nada, a pesar de lo que acababan de hacer nadie parecia más sorprendido de lo común, a nadie parecia importarle que él era el profesor de literatura y ella su alumna desde hace tres años, pasó un poco más que inadvertido, se escucharon simplemente unos alardes típicos de cuando se descubre una pasión, se escucharon algunos rumores, algunas conversaciones que parecian de conventillo y nada más.




-¿Me estaré volviendo loca? acabo de besar al hombre de mis sueños, acabo de tenerlo mio, quiero gritar, pero todo está tan calmo, todo está tan quieto que me abruma este silencio.- pensaba Emilia, mientras Manuel salia de la sala y ella quedaba con su exquisito aliento entre la piel, estaba impregnada de él, embriagada de su furia amorosa, jamás le habia latido el corazón tan rápido, sentía fuego en el vientre, sentía como se le fundía la piel, sus pies casi no tocaban el suelo y en cualquier momento podría vomitar flores, estallar de dicha, morir en silencio por ir más allá de este mundo, solo por la inmaculada alegría que estaba sintiendo.




Sus amigos ni se le acercaron, parecia que Emilia tuviera un aura que la protegia de la vida, estaba rodeada de amor, la protegia una burbuja rosa que irradiaba consuelo, nadie se le podía acercar y quien lo intentaba quedaba hipnotizado con su sonrisa, con su energía, caía quizás al suelo en un desplome de algodon, suave, se desmoronaba de este mundo gris con la serenidad de la primavera, se ahogaba en un mar dormido, algo hacía que simplemente se alejara extasiado de ella y le brotara un sol radiante en el rostro.



Continuará...

viernes, 12 de septiembre de 2008

...Continuación: Bajo la falda

Luego de que Paulina se marchó, el sol seguía empeñado en hacer resplandecer la figura hermosa de Ángela, se encargo de evaporar sus últimas lágrimas, como también se encargó de abrir los ojos de un muchacho acalorado para que reparara en la fuente de agua que estaba a su lado, desde donde tendría perfecta vista a Ángela, vulnerable, menuda y explosivamente bella, cruzó en un repentino pestañeo sus ojos con los de él. -El corazón me está latiendo demasiado a prisa, ¿quién es?- pensó, mientras la invadía una felicidad enorme, unas ganas de gritar inmensas, se sentía acorralada en este mundo tan pequeño para sus emociones, sentía que si estiraba los brazos para medir cuan feliz estaba saldría se esta galaxia, y no quería que el planeta entero notara que acababa de terminar una turbia relación de la cual creía estar enamorada y ahora así de un momento a otro el corazón se le quería escapar por la boca, le sudaban las manos, sentía tibios los muslos, amaba el sol, ¡amaba!, pero ¿qué era lo que amaba?, ¿la silueta difusa de ese hombre que se inclinaba a mojar su cabello en el agua?, amaba quizás la felicidad y la euforia que le provocaba, las ganas que le inducían a correr y besarlo, pero cómo, eso era imposible,-no lo conozco, no sé su nombre, jamás antes lo había visto- susurró Ángela extasiada y confusa, sentía que la primavera haría brotar su flores dentro de ella, un enorme jardín, un prado completo, parecía que los tallos le hacían cosquillas intensamente, los brotes de amapolas se escapaban por sus poros, intranquila, sudaba aroma de violetas, suspiraba y el sol contemplaba sus entrañas cada vez que ella entreabría los labios para murmurar, para hablar consigo misma, le era imposible creer que en treinta segundos había sentido todo, lo que jamás le había ocurrido en su vida.
Quiso acercarse, discreta, pero la corrompian las ganas y en su desesperado intento por dar un paso al frente, no advirtió que la pileta era lo que los separaba, metió torpemente un pie al agua, pero quizás no lo notó. Ángela no era consiente de su entorno y el agua fría tampoco la hizo despertar, solo cuando comenzó a sentir unas fuertes carcajadas despertó de su éxtasis de sol, se vio la falda mojada, estaba inundada hasta las rodillas, en el instante que bajó su mirada, él se alejó a paso ligero perdiéndose de vista y despidiendose sin saberlo de la mujer que lo amaba inexplicablemente. Ángela embobada recordó cada suceso del día y rompió a llorar de rabia y vergüenza, sacó furiosa el anillo que llevaba como recuerdo de Gabriel, ahora su antiguo amor, y lo lanzó al agua con mucha fuerza, se produjó un sonido hermoso, lo que la hizo otra vez mirar bajo su falda mojada y encontró flotando un pañuelo de seda, sin duda, de él, aquel hombre que la hacía estallar en vida, en pura y plena vida, en sonrisas, en sentido y en esperanza. Ángela amaba, ahora sí lo hacía, pero ¿a quién amaba? tenía todo eso dentro, a punto de desbordarle, a punto de llenarle cada centímetro de existencia, pero no lo tenía a él, apretaba furiosamente el pañuelo entre los dedos, ¿cómo entregar ahora todo lo que sentía? pensaba insistentemente.

-Te amo, quién quiera que seas- susurró, se le doblaron las rodillas y quedó inerte respirando agua dentro de la pileta, hasta que el pañuelo se le soltó de las manos y salió a flote, igual que su alma.

martes, 26 de agosto de 2008

Bajo la falda


Todo comenzó una tarde, mitad de agosto y a veces los rayos de sol se colaban para recordarle al mundo que existía el verano, alumbraban por debajo de las pestañas haciendo las miradas más humildes y brillantes, el tibio roce con la piel hacía que las mujeres comenzaran a desnudar sus cuellos y sus muñecas, acomodaba a los bebés en los vientres de las madres primerizas, secaba las lágrimas de desdichados enamoramientos, el sol menudo y picaresco, hacia brotar dentro de dos personas, que habitaban algún lugar en la tierra, una semilla de incertidumbre y dudas, se manifestaba el sol como sedante de las penas y coloreaba de rosa los labios de las niñas de bien.

En una esquina de la plaza, el sol lanzaba furioso sus rayos violentos de calor, nadie percibía que en ese mágico lugar se iluminaba un cuerpo más de lo acostumbrado y fulgentes como estrellas en el campo, destacaban un par de ojos pardos entre la multitud. Ángela llevaba un vestido color crema hasta más abajo de la rodilla y un par de zapatos negros que hacían perfecta combinación con su rizado y azabache cabello, esperaba sentada en un banquillo a Paulina, su mejor amiga. Entre cavilaciones Ángela se distraía observando las palomas, descubría su sincronizado movimiento entre el cuello y las patas, y se asombraba de que ellas encontraran en cada rincón algo de alimento, lo que hacía que a cada instante bajaran el pico al suelo y comenzaran a hurgar entre la hierba. Ángela, pensaba que su vida era como la de una paloma, sumida en la fastidiosa rutina, de siempre estar creyendo haber encontrado el alimento, cuando en realidad no era más que un espejismo de fe, a veces como un engaño del alma. El alma es susceptible a las mentiras que crean los pensamientos, es inocente, apenas camina y llora desconsolada, cuando intentamos mentirle, sin pudores, sin misericordia, olvidando que es nuestra propia alma. Ángela se lamentaba de nunca poder bajar el pico y encontrar la migaja correcta, a estas alturas no esperaba un gran banquete de alegrías y se conformaba con un sutil detalle que hiciera explotar su sonrisa.

Paulina llego jadeante y su rostro denotaba aflicción, se acerco bruscamente a Ángela y le dijo: -vine en cuanto me lo pediste, por favor, ahora dime qué pasa-. Ángela cerró los ojos y agacho la cabeza, al igual que las palomas que la rodeaban, no encontró las fuerzas para hablarle de frente, así que comenzó a musitar un discurso del cual Paulina poco podía entender.

-Me dijo que jamás había sentido lo mismo que yo, él se daba cuenta y comprendía a la perfección con las fuerzas que lo amo, pero nunca fue capaz de entregarme lo mismo, de amarme desde el corazón hasta las entrañas, como yo lo hago, dijo que sería lo mismo pasar su vida conmigo que encerrarse borracho en un burdel.- sollozó Ángela en un tono muy bajito. Hace unos meses ella mantenía una relación bastante informal con Gabriel, él era su primo en segundo grado, nieto de su tía abuela. A pesar de que Ángela nunca quiso aceptarlo, Gabriel era a los ojos de todos un hombre oscuro y poco confiable, se sentimientos impuros, corrían por el pueblo cientos de historias en torno a su destreza amatoria, pero el número se doblaba respecto a historias sobre su mala fama de vileza y crueldad. Gabriel nunca fue un santo a los ojos de nadie, pero Ángela parecía enceguecida por el amor enfermizo que le manifestaba, como un culto siniestro adoraba amarle libidinosamente día tras días y noche tras noche. Pero en el correr de su fuego, ella había comenzado a dejar que su corazón latiera con la fuerza de la verdad y minuciosamente el enamoramiento comenzó a cavar un túnel en sus venas, enraizándolas de irresistible dependencia.

A Paulina no le sorprendía escuchar estas palabras de su amiga, ella conocía muy bien el perfil maquiavélico de Gabriel, y a pesar de haberle advertido mil y una veces a Ángela ella nunca la escucho, ni la tomo enserio. Solo se inclinó tiernamente en un abrazo hacía su amiga y sintió como las lágrimas le recorrían el rostro y le mojaban el hombro que llevaba desnudo.


Continuará...

jueves, 7 de agosto de 2008

Sueños de infieles



Sus dedos blanquecinos y fríos por la brisa violenta de la noche, acariciaban coloreando las mejillas de su amante, decidieron por primera vez que en este nocturno encuentro se olvidarían del amor a la usanza de los infieles y guardarían celosamente la explosión lívida de sus cuerpos. Parecía como si de pronto hubieran despertado, o hace minutos hubieran nacido, consumiendose y entendiendo que la adrenalina los dejaba sedientos y anhelaban ingenuamente las sensaciones de un romance licito.Él traía en su mano una rosa, en la misma mano que hace dos minutos atrás había sido despojada de un su anillo nupcial, traía también en el corazón un nudo corredizo que liaba a la confusión de su mujer oculta, a la madeja de indecisiones que ambos tejían en este momento, cuando florecía la verdad antes sus ojos y se escribía una nueva historia de dos amantes enamorados.

lunes, 21 de julio de 2008

¿Hablar, pensar o besar?


La luz tenue describía difusamente ambos cuerpos, sentados frente a frente sobre la cama, a Carla se le aclaraban los ojos calipso en la oscuridad y resaltaban fulgentes en medio de la habitación, se dibujaba su figura de perfección en torno a un brazo fuerte que la estrechaba, Elias contorneaba su cintura y de paso acariciaba su largo cabello recogido en una trenza descuidada, se notaba en sus manos un cierto temblor recurrente, el frío quizás se apoderaba del desvelo o los nervios frente a sus labios surgían efecto inmediato cuando Carla revoloteaba coquetamente un par de palabras. Justamente palabras; estaban ahí reunidos hace casi tres horas intentando hilar palabras, se acercaban cada quince minutos un par de centímetros con la excusa inocente de poder hablar más bajito, pero de conversaciones no se oía nada, ninguno de los dos articulaba ni un gesto, apenas pestañeaban cuando ya los ojos desesperados se lo pedían, estaban ahí mirándose simplemente, confundidos en la soledad, atrapados tibiamente por el rumor de sus corazones latiendo a prisa. Pero sus pensamientos sin duda se encontraban abrazados y en común acuerdo en torno a lo que sentían, no vacilaban en ellos ni un segundo, en asegurar que estaban ahí para amarse y querían gritarse mutuamente cuánto y cómo era lo que les sucedía. Sin embargo, ese acuerdo de almas no se manifestaba en el aire, ambos respiraban el mismo, ahora que estaban tan cerca; el paso que ahora seguía se les revelaba como una adivinanza infantil ante sus ojos, Elias buscaba algo que no conocía, una gran fortuna o un tesoro debió ser porque las ansias en su mirada apenas le permitían pensar, al igual que Carla avanzaba su cuerpo lentamente hacia adelante y poco a poco reclinaron sus cabezas hacia la derecha, quizás pretendían no chocar, o que al estrellarse se tornara todo en un accidente menos violento y más dulce o de algodón, sus ojos titubeaban entre el iris del amigo y los labios del amante y entre tanta indecisión la mejor salida era cerrarlos, evitaron el accidente al frenar los impulsos en el segundo preciso y acercarse luego para compartir las mismas palabras que habían esperado tanto tiempo, pero esta vez en silencio y saboreando un pez que nada dentro de sus bocas.

sábado, 19 de julio de 2008

Anfetaminas molida y verguenza en la cama; no deja pensar.



De pronto me di vuelta en la cama y estaba él, inmaculado frente a mis ojos, durmiendo en la confianza de una caricia, reposando el corazón que seguramente agito con fuerzas durante la noche. Yo por mi parte, recordaba tristemente sólo algunos paisajes de nuestro afortunado encuentro, un par de besos y quizás algunas palabras abstrusas. Ahora me dedicaría a mirar el amanecer por la ventana que lo advertía difusamente, quizás porque la cortina se interponía entre la gloria del día y mis ansias que acentuaban el dolor constante de cabeza, las anfetaminas habían hecho su efecto y también me habían regalado una noche de placer que no recordaba. El frío de la madrugada repercutia en mi piel descubierta y se me hacia tan difícil abrazarlo en este momento, cuando ya estaba consiente, cuando mi pasaporte de amistad había sido transgredido y no importaba a estas alturas si habíamos pisoteado un juramento. Él continuaba tendido en la cama con los ojos cerrados y mi sueño ya se había esfumado al igual que el efecto de las drogas, me estreche contra su pecho, para que al menos estás ultimas horas de vigilia acudieran a mi vida en un pasar tranquilo, la tormenta se avecinaba, acababa de perder a mi mejor amigo, mi nuevo nombre quizás sería amante y mi pudor lo trague en un sinsabor de narcóticos, me abrace a su pecho confiada en la calma, pero el despertó tranquilo, -Estás fría- dijo y me beso en la mejilla. Ojalá algún día descubra que ocurrió anoche...

jueves, 17 de julio de 2008

Usted no diga ¡Te quiero!

El amor es más bien un intento de definición exacta para un huracán de sensaciones que se mezclan a veces sin motivo, generalmente las preguntas frente al amor parten por preguntar qué es, pero no muy a menudo pensamos en ¿qué siento yo cuando amo?, primero debemos localizar dónde es que sentimos aquello, poéticamente diríamos en el corazón o en el alma, es cierto que sentimos una suerte de estremecimiento en el pecho o un cosquilleo en el estomago cuando comenzamos a probar el amor, pero las coordenadas en el cuerpo no existen, ni menos el mismo lugar para seres diferentes, por otra parte deberíamos cuantificar el amor, cuánto siento o más específicamente cuánto amo, a veces escuchamos un te quiero o un te amo, más aun te quiero mucho, pero eso es independiente para cada uno y lo relacionamos sin duda con el historial de vida personal, si nunca he amado, no puedo antes de eso saber, si a otra persona la quiero más que o menos que (...), podríamos construir una escala para medir el amor, pero sería sin duda tan subjetiva como algún intento de una medición del dolor, ambos no son muy diferentes, ni menos complejo uno que otro. Ahora bien, volvemos a nuestra disyuntiva inicial, el amor es un enigma, y en el convergen una serie de factores personales y otros comunes, dentro de los personales por ejemplo nos encontramos con personas que simplemente se les hace muy difícil amar, el egoísmo y la personalidad extremadamente autodidacta es a veces un obstáculo muy importante a la hora de amar, no tan sólo el sentimiento en sí como pareja, si no que el amor que se puede expresar indistintamente a cualquier persona o así también un objeto, entramos en el ámbito del fetichismo o el culto a figuras, entre otros. Dentro de los factores comunes incide directamente el espacio social en el que se desarrollan las emociones, ordinariamente, los sectores socio económicos altos tienden a establecer relaciones interpersonales fuertes y grandes redes de apoyo, algo que también se repite en los sectores bajos, por otro lado, los estratos medios carecen de estas relaciones afectivas o lazos seguros, principalmente por la diversidad de personas que se encuentran en él. El amor en diferentes grados puede significar empatía, buscamos entender qué ama quien nosotros amamos, lo que generalmente resulta en una búsqueda fallida, tal como debo reconocer está resultando la respuesta a esta pregunta, también el amor debe ser transferible, pero la única forma de hacerlo sin duda terminan siendo los hechos, un beso, un abrazo o la forma que cada uno elija, lo que también es subjetivo, diferentes culturas demuestran y permiten diferentes formas de expresión de afectos.
Por lo tanto, concluimos que el amor no es localizable, cuantificable, ni tampoco es comunicable, pero lo más importante, no podemos descubrir que sentimos cuando amamos, ya que simplemente el amor no es un sentimiento, es un estado, un sentimiento es la alegría y nosotros no podemos estar las 24 horas del día alegres, pero si podemos estar enamorados por un lapso de tiempo incluso mayor, a veces se le llama encantamiento, pero terminar de argumentar esta gran mentira le llamaremos a este estado amor; volviendo a lo anterior, el amor no existe, nosotros creemos que existe, es imposible que habiendo millones de seres vivientes en el mundo, el humano sea el único con tal capacidad, el amor es pura epistemología empírica, nada más que una mera invención de nuestra mente. En este momento las preguntas deben ser aún más existenciales, cómo eso que nos hace tan desdichados o tan felices no va a existir, pues bien, si alguien lo comprueba cedo orgullosamente esta postura, por ahora, deberíamos conformarnos con el principio de amar y ser amado y entender que amar es entregar.

martes, 15 de julio de 2008

Recomenzar



Sólo basta una palabra para deshacerlo todo y recomenzar, escribir nuevamente el camino de orgullo y sensaciones que construimos a diario, borrar con una mirada los errores o perdonar simplemente con la frente en alto, con el corazón abierto, para volver a empezar, dejar atrás toda huella sin sentido de rencores, sólo despertando con un beso es como puedo levantarme sin dudar, no necesito más que un minuto de ira para comprender que la molestia de alejarte se convierte en ingente peligro para mi alma, sólo basta una palabra, botemos el orgullo y comenzamos por amar a la antigua, con los ojos cerrados, no veo yo como tu me engañas y seré sumisa y obediente mujer del siglo pasado, aunque me destrozaras el corazón, sólo basta una palabras, tu deshaces nuestra vida y yo me encargo de tejerla de nuevo y recomenzar.

viernes, 11 de julio de 2008

Sobre pensar



¿Cómo puede el cerebro humano ahogarse entre las disyuntivas solo por amar?, a veces creo que es mentira que podemos razonar, más aun a veces pienso que sería mejor vivir sin cavilar. Pero es necesaria la angustia, como es necesario el dolor, sin angustia no podría diferenciar entre dicha o soledad, sin dolor no podría distinguir entre llorar sonrisas o lamentar aflicción. ¿Cómo puedo en un minuto tejer tantas dudas? he pasado de la seguridad de quererle con el alma y el corazón, de sentir cosquilleos constantes y absolutos, de reírme sin motivo más que tenerlo al frente a despreciar su modo arrogante de quererme, su egocentrismo, usurpando de los motivos de lo que siento. En instantes he saltado al vació y en el camino de muerte he vuelto a volar, en el error desangrante de querer marcharme he sanado las heridas para recomenzar, de un momento a otro he cedido mi dignidad y en otro minuto la he recuperado o me he dedicado a humillar, ahora el tiempo se encarga fielmente de hacerme pensar, cuando desea que construya la decisión perfecta entre seguir o abandonar. Ahora mismo es cuando pienso en que no debería pensar, cuando comienzo a pronunciar mi retirada oficial, es cuando la amnesia temporal se apodera con perfección de mi razón y me obliga a titubear, a olvidar la construcción de una frase coherente y con sentido y simplemente manipulada por el corazón, sin más pensamientos ni precauciones lanzó un ingente te amo al viento para vos.

martes, 8 de julio de 2008

No era necesario referirse en esos términos a ella, tu Magnolia sabias perfectamente que tu marido ya hace mucho que no te amaba como antes, solo basta con intentar recordar la ultima vez que hicieron otra cosa aparte de dormir juntos en una cama, que por lo demás, fue un intento fallido, esas curvas no son las de antes y a pesar de que a tus cuarenta años sigas deseosa de amarlo a él, Eduardo ya ha encontrado un amor puro que no tiene más expectativas a su lado que tan solo quererlo, Eduardo se ha vuelto desvergonzado, se ha convertido en un infiel lamentablemente enamorado, de esos que no se encuentran muy a menudo, él siempre ha sido un hombre seductor y así como lo fue contigo, lo ha sido con ella. Pero ella tiene veinte años menos, no es mínimo, ella le hace latir el corazón como tu nunca lo hiciste, ¿o es que ya no recuerdas que la primera vez que lo viste fue sobre ti en un cama? y luego en el altar, cuando en tu vientre se regocijaba una criatura. Magnolia, querida Magnolia, déjalo vivir, si esta vez se enamoro, pues contigo nunca lo hizo y solo se ato a la decencia, déjalo que se vaya, no vas a querer saborear la frescura de los labios de su amante, no vas a querer comparar tus arrugas con su piel de seda y su cuerpo de flor, Magnolia déjalo ir, volvió a los dieciséis y ahora es feliz. Tu mientras piensa cual fue el error y procura no insultarla, que eso de puta no le queda bien, y a él tampoco le sienta eso de maricón que estás pensando, simplemente se enamoraron y la que sobra ahora eres tú.

lunes, 7 de julio de 2008

Síndrome de Estocolmo




No recuerdo hace cuanto tiempo estoy aquí, al aire libre y respirando, sobreviviendo y con los ojos bien abiertos, pero encerrada, no entre cuatro paredes, sino que encerrada en un circulo de brazos con candados y una línea de miedo, no recuerdo muy bien el rostro de mi madre, hace más de diez años que vivo secuestrada y sin saber del mundo más que gira y gira cada vez más rápido, estoy segura que si viera su cara la recordaría en un instante, pero me he acostumbrado a mirar solo diariamente a mis captores, son cuatro hombres y una mujer que realmente no lo parece. Está Luis, alguna vez en el quise rescatar un símbolo de piedad, pero nació para esto, está entrenado para obedecer a esa mujer que también lo secuestro cuando tenía quizás la misma edad que yo, el problema es que el no lo recuerda y agita su adrenalina impidiéndome el paso a la vida y disfruta haciéndolo. Marcela, esa mujer, debe tener unos cuarenta años, pero su fuga constante de la ley ha hecho que los surcos de su cara se endurezcan y ha extinguido la mirada de madre que alguna vez intente ver en ella, los otros dos chicos, son sus hijos, hombres maduros, pero tan frágiles como el viento, algo sumisos, quizás por no tener un padre, aunque una vez escuche a Marcela decir que Cristóbal, el menor, probablemente es hijo de Luis. El otro hijo es Tomás, y no sé si será un amor contagioso o dos corazones que laten normalmente, pero me enamore de él, ya hace unos años y lo extraño es que el también está enamorado de mí, o al menos eso me dicen sus labios y sus ojos, pero por sobre todo sus manos y su cuerpo, que no duda en hacerme suya cada vez que le sonrió intencionalmente. La verdad es que de él quería hablar precisamente, anoche llegamos en avión a esta ciudad, no sé como se llama, pero a juzgar por el calor que hace debe ser un lugar de centroamérica. En el aeropuerto me quede mucho rato mirando unos libros, me llamo la atención un escritor; Pedro Lemembel, no lo conozco, pero me gustaría tener uno de sus libros, desde que vivo cautiva sólo me dedico a leer, pero Marcela tiene libros muy malos. Ella me regaño por mi retraso en la vitrina de la librería, pero Tomás se encargo de calmarla y con sus ojos complices me tomo de la mano y me llevo fuera del lugar, era una noche que casi tenía sabor a canela, un par de luces encendidas en la playa que se veía al horizonte me sugirieron que era bastante tarde, el abrazado a mi cintura dijo: -Es la primera vez que estamos libres, en la inmensidad de la noche, si suelto tu cintura puedes correr, hazlo tan rápido como puedas. Yo por mi parte escapare en la otra dirección-. Me quede pasmada, intentando encontrar sus ojos en la oscuridad infinita y advirtiendo que sus manos comenzaban a salir del encadenamiento que hizo a mi al rededor, quise besarlo, quise correr y gritar, todo en un segundo, pero ahí continuaba yo pasmada y con los hombros caídos, mientras Tomás ya había echado a correr y se perdía en un suspiro nocturno. De pronto una abofetada de ideas me despertó no muy sutilmente y sentí como se apretaba mi estómago, cuando asumía mi libertad e intentaba mover los pies del piso para correr, pero solo voltee mi cuerpo en la dirección de Tomás y grité: -¡Te amo!-tan fuerte como pude, pero el no se había alejado lo suficiente como para no escuchar el rumor de mis sentimientos y en el momento en que se posaba bajo un farol de luz amarillenta giró hacía mi, y esos 180º de dicha comenzaron a avanzar en un segundo, miré hacía la playa y alcance a distinguir la espuma blanca de las olas, mire el cielo y la luna se abría paso entre las nubes que estorbaban, la noche se volvía más clara y de un momento a otro mi cuerpo se derretía otra vez entre esos brazos que amarrados a mi cintura ahora además se agitaban cansados, atragantados de confusión e impulsados a confirmar que seguíamos cautivos, pero ahora presas de un beso ingente, victimas de un delito que no se paga, pero se vive. Quizás tomemos un avión y viajemos a Estocolmo, un libro me dijo una vez que ahí encontraría respuesta a este amor enfermizo.

sábado, 21 de junio de 2008

Treinta segundos de origami

Aunque verte no sea nada más que regalarnos el cielo sin decir ni una palabra, son los suspiros que exprimimos, parte del sabor a tu piel sin alma, sin importar que nos calmamos con un beso y caímos en la euforia con el mismo, son las excusas las sobrantes en este momento, saborea el café sin azúcar, pues la dulzura te la regalo junto a la almohada y no permitas salir más palabras de tu boca, que los sentimientos podrían traicionar a este lenguaje perfecto de siluetas y bocas, no conviertas en martirio de lágrimas a esta violenta expresión de locura, solo procura seducir y reconquistar porque estos treinta segundos serán los primeros y los últimos de la riesgosa aventura de quererte ilegalmente.

jueves, 12 de junio de 2008

Aniviel - Nyssa

Indagando en sus vastos y vertiginosos ojos Aniviel comenzaba a ser dulce presa de los nervios repentinos de tenerlo ahí tan cerca y Nyssa no lograba remediar los impulsos placenteros que había guardado hace tanto tiempo, separados simplemente por lo que alcanzaban a exhalar sus bocas de la respiración profunda y agitada que comenzaban a experimentar, tejían con los dedos cruzados un hilo de preguntas, un hilo también de convicciones. Por cada milímetro que avanzan sus labios, hacían de la culpa alas de mariposas muertas. Entre lo frenética que resolvía ser la situación avanzaban los botones de una camisa y se deslizaba el nudo de una corbata gris. Cegados y atragantados de tanta ternura sudaban perfumes de frutilla y chocolate, saboreaban el vino de una copa compartida y cerraban los ojos solo para no tener que recordar que el desfase de sus vidas excedía los límites de la vergüenza.

miércoles, 11 de junio de 2008

Un probable viernes

Camine hacía él, sintiendo temblores y ahogos placenteros de una muerte en sus manos, anunciada y escandalosa, pero exquisita muerte de un instante sin respiro frente al inmaculado deseo de regalarle el corazón en una mirada, camine erguida, con la voz contenida en la garganta, con una revolución y un alboroto de alas en el estomago. Él en la otra esquina, tentativamente estiraba su mano al aire, su mano de codiciada admiración y símbolo imponente de poder, de extraordinarios buenos augurios y lugar seguro de desembarco. Sin titubear, desplazando de las circunstancias mi manía coqueta de morderme el labio estreche en un instante de gloria mi mano fría con la suya. Subí la mirada lentamente y en un soplo dulce sus ojos cenicientos se encadenaron a los míos, se abrazaron a mis deseos, empatizaron con mi euforia y lentamente se convirtieron en palabras, en suaves y sublimes voces, en dialectos sugerentes, en lenguajes cómplices y en una invitación para transformarnos en audaces e iracundos personajes encarnadores de la prohibición y la ternura.

domingo, 8 de junio de 2008


Como se me hacen agua las manos entre mis ojos, entregados a la euforía de las lagrimas con sonrisa, esas que no duelen sino que hipnotizan, esas lagrimas de dicha que zigzaguean por el rostro, como bajando por los ríos, fríos y refrescantes, puros, cristalinos y redundantes. Como salan esas lagrimas mi piel blanquecina y desnuda, conviertiendola en mar comercial de sensaciones, de estado de locura, de comisuras labiales expresivas.
Actuando por inercia y acentuando las palabras con arcoiris. Contacto visual, un abrazo, cinco sugerentes palabras y el mundo se pinto del color de tus ojos. Racconto y una nueva sonrisa que ahora ostenta su procedencia frente al espejo.

martes, 3 de junio de 2008

¿Qué es quererte?

¿Qué es quererte?, sino algo más allá de este mundo, es un nudo en mi garganta y un saco de cosquillas bajando por mi esófago, ¿qué es quererte?, es el aire que pesa sobre mis hombros multiplicado por la raíz cuadrada de la tierra que hay bajo mis pies, quererte es divagar y comprender el sentido y dirección del vuelo de las abejas, sentirlo es acomodar tu perfil inclinado a la derecha del mio, quererte es matizar el color de una nube explosiva con la quietud de la noche bajo el mar, quererte es no poder remediar la expresión violenta de mi cuerpo sobre el tuyo. ¿Qué es quererte?, es el sediento del desierto que se agita con un espejismo acuático de placer, es la euforia de tus labios, cuando te pregunto, qué es querer. ¿Qué es quererte?, no es solo un hilo de palabras por coser, tampoco una duda retórica que busca estremecer, no es un silencio luego de un beso, no es una pausa, ni una impertinencia, quererte es dormir bajo el alero de tus manos, sobre tus hombros de ciudad, quererte es pronunciar un te quiero nacido del lado inferior izquierdo a mi cuello, del alojamiento de tu fuego, quererte es comprender que el minuto exacto de sincronía entre los dos es este año, este mes, esta semana, es hoy, es ahora, que me pregunto otra vez; ¿Qué es quererte?, sino un suspiro que florece de la calidez de tu aliento embriagando el mio, es un efímero disgusto con el agua que en su afán de importancia borra tus huellas de mi alma, es un deporte de alto riesgo. Quererte es simplemente desenredar el tejido del cielo, sacar con los dedos un trozo de sol, apagarlo con un suspiro, envolverlo con agua y aceite, guardarlo en un bolsillo sin fondo, encontrarlo con los ojos cerrados y regalarlo sin mirarte de frente. Quererte no es fácil, pero te quiero.

Adrenalina


Procura guardar silencio, para que las miradas no se destruyan y la magia no se esfume, recuerda quedarte quieto para besarte en silencio cuando nadie nos ve, no hables más allá de lo que permiten los oídos ajenos, ni los pensamientos morales de nuestro entorno incomprensible, procura hablar despacio y haz que todo parezca solo una sonrisa, cuando entre lineas me dices te amo, yo por mi parte prometo callarme y mirarte a los ojos para recordarte, que nuestro secreto se salva de la intimidad amistosa de los ojos ajenos y un te amo de mi boca solo se escapa en la soledad de un beso, en el vasto sentir de tus manos o en la adrenalina de seguir escondiéndonos.

lunes, 2 de junio de 2008

Aires



Fue tu negro pelo, tus ojos infernales, los aires de libertad de dos locos terminales, esos más de veinticinco años entre tu y yo, un mundo en contra de lo que provocas, un hombre y una niña, con evidentes sabores a mujer, ¿Quién dijo que esto que siento es incorrecto?, ¿Qué es ilegal frente al amor?, ¿Quién jura hacerme olvidarte?, ¿Quien suplica porque esto sea temporal?. Sumida en la locura incontrolable, en la perfecta mezcla de madurez y juventud, continuo juzgando en silencio si esto no es sólo obsesión y sigo divagando, mordiéndome el labio, consumiendo el alma en un suspiro gradual.

domingo, 1 de junio de 2008

Secreto a voces

Con los ojos encerrados en un sueño fulgente, los dedos de Magdalena jugueteaban impacientes en el pelo de Antonio, como queriendo entrelazar su alma a los pensamientos de aquel hombre que la amaba en silencio y ella admiraba secretamente, desde hace tiempo compartían una amistad infinita, congelada en el secreto de quererse más de lo que sus labios pronunciaban, a veces Magdalena provocaba a su propio corazón hablándose en silencio...
"No me extraña esto que siento, pero no es comparable con nada más que con la obsesión que vengo arrastrando con los años, con el no querer asumir públicamente que me enamore de sus defectos y me acostumbre a sus virtudes mundanas, no quiero aceptar que he complementado sus palabras con las mías y he deseado abrazarlo en cada segundo en que está cerca, no puedo imaginar cuales serían las consecuencias, si cuando ya una vez lo intente, solo gane amarguras y desiluciones. Pero que hago con el descontrol que provoca él en mi razón, si cuando me mira tan dulce y me habla tan suave lo hace secretamente intencional, si cada vez que ríe y ata sus ojos a los míos nos gritamos en silencio un te amo ingente y se funde en una suplica de ternura, que acaba repentinamente con la realidad que acecha convertirnos en amigos nuevamente. Como manipular esto que siento, si cada vez que me abraza, posa mi oído en su pecho y en cada palpitar agitado remueve bruscamente nuestros recuerdos. Esos de hace unos cuatro días atrás, cuando 'accidentalmente' cerramos los ojos para despedirnos y borramos el entorno para olvidarnos de pensar y acomodarnos los labios, uno sobre otro, en un bienestar infinito, cortado de repente, por cuatro pupilas que se encuentran, se miran y se alejan, asustados, avergonzados, mezclados en el placer de probar lo incorrecto y en la premura de alejarse para no volver a mencionar el 'incidente' de nuestro beso".
...y a veces Antonio escribía en un cuaderno, tratando de pasar inadvertido y escondiéndolo en la selva oscura que surgía abajo de su almohada, un tanto nervioso arrancaba las hojas y las tiraba a la basura:
"Magdalena ha convertido súbitamente cada una de mis preocupaciones hacía ella, fui estúpido, ayer la sorprendí con la mirada perdida en el suelo y con una sonrisita delineada en el rostro, tuve la sensación de ser el motivo de su delirante expresión, pero en ese instante me repetí incesantemente que somos amigos. También ayer ocurrió algo inesperado, luego de la última clase de matemática todos corrieron despavoridos fuera de la sala, huyendo de la semana que se acababa, pero ella seguía ahí sentada, dibujando con el mismo lápiz que me arrebato el martes, cuando se dio cuenta que era de ella. Tomé mis cosas y fui a despedirme, tenía esa mirada misteriosa y ese aroma común de su pelo, que aún no sé de donde nace. Nos encontramos sorprendidos en un beso, un largo beso, que no quería contenerse, que no podía remediarse, que estaba sucediendo y yo miraba por debajo de sus pestañas, como la infusión de sabor a culpa desbordaba paulatinamente nuestra amistad irrompible y tristemente se acaba el lapso más intenso de la vida misma, acongojados, avergonzados y felices por acabar con la insipidez de nuestros labios. La quiero, de eso estoy seguro, pero no se lo diré mientras ella siga evitando que esta exquisita sensación florezca".
Se encontró Magdalena, apoyada en el hombro de Antonio, con la mano acalambrada de tanto volcar su amor en el juego del pelo de aquel hombre. Y Antonio se encontró con la respiración dirigida hacía la piel de su amiga-amante. Ambos recordaban el día de aquel beso y procuraban forzar otro "accidente" para esta vez no interrumpirlo.

viernes, 30 de mayo de 2008

¿Fascinada por la historía o algo más?




Quizás lo he pensado tantas veces y he construido una nación en su boca y un imperio en su piel, he derrocado a cada enemigo pensando en que él es un sueño griego de la perfección, corriendo con mis pasos de niña, imaginando que al acercarme a él me convierto en mujer, examinando cada una de sus palabras para anotarlas al pie de la página en mis cuadernos, he anhelado un café, un chocolate y una frutilla para compartirla, en un secreto, en la prohibición de la moralidad que él no se atrevería a transgredir, y he imaginado su sonrisa coqueta y sus ojos amantes de la profundidad del mar ofrecidos como un suspiro eterno de la locura que provoca... Y sería como si no existiera el mundo y le amaría como si fuera correcto, yo lo único que escondería sería su sexo, por si un par de ojos lo confunden entre el morbo, y no me sobra el tiempo para admirarlo, se me funde el corazón en un latir ligero, cuando creo de nuevo la utopía de nuestras almas y la pinto de blanco y negro, guardando su sentir clásico, su amanecer medieval, haciéndolo renacer, invitándolo a un paseo barroco para saborear ese romanticismo y ojalá este sueño fuera más realista y natural, para poder decírselo en un lenguaje post moderno.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Las cosas que odiaria de mí, si fuera tú!


  • Mis tallas pesadas

  • Mi mirada perversa cuando odio a alguien

  • Mi histrionismo desmedido

  • Mis gritos

  • Mi tic de morderme el labio

  • Mi voz cuando me resfrio

  • Mi cara de trasnoche

  • La costumbre de usar una misma palabra para todo (ej.: Rancio; si es feo, es rancio; si es raro, es rancio; si es loco, es rancio... etc.)

  • Que pregunte, qué odias de mí?

  • Que rete a las personas que tiran basura al suelo

  • Que sea hiriente cuando alguien me agrede verbalmente

  • Que ame más a los animales de cualquier especie que no sea la humana

  • Que sueñe despierta (EN EXCESO!!)

  • Que todas las contratapas de mis cuadernos esten rayadas

Creo que terminare mañana...


viernes, 23 de mayo de 2008

Me habló el terciopelo de su piel de hombre, me miro con sus ojos idénticos a los que vi hace cuatro años, tenía la misma voz, tenía las mismas manos, su corazón seguía latiendo, pero no al ritmo que me esperaba, no como lo conocí perfectamente un día, no era el hombre que ame hace tanto tiempo, era solamente su envoltura y su apariencia, ahora era feliz. Quizás conmigo también lo fue, pero la felicidad me tocó a mi también? me pasé la vida besándolo en la mañana y regale mis días queriéndolo y deseándolo, pero fue suficiente?, fue suficiente tener lo que quisiera y alcanzarlo sin dificultad?, me corrompió el alma conseguir todo tan fácil, ahora que las cosas se vuelven más complejas, que hago si no entiendo la formula de las sonrisas?, sin embargo lo que tuve no me lo regalaron, luche por ello, pero aún así fue demasiado fácil y muy ligero como para valorarlo, me dedique a romper unos cuantos corazones, mientras el mio descansaba tranquilo fingiendo felicidad, mintiéndose a sí mismo sobre lo que ellos llamaban amor, hoy que lo vi recordé cada instante entre sus brazos, cada reclamo hacía mi actitud indiferente, cada mirada que me envolvía en caricias, pero que yo recibía sin euforia ni tampoco dicha, solamente que guardaba, como colección de reliquias, pero que a las horas abandonaba como basura entre los años, cuando nos encontramos de frente el sonreía al verme y yo me sorprendía de no alegrarme, de no haber sentido que el corazón se me escapaba por la boca, no sentí ni tristeza, ni tampoco agrado, el problema radicaba en eso, en no sentir, pero ahora, porque estoy segura de que aunque lo haya olvidado, con él si dormía más tranquila, aunque me sumergí como idiota en la utopía que se extendió por unos años... hoy, sin embargo, la utopía es inexistente y también las mentiras, pero por no vivir en una mentira, ni en sueño, no siento el corazón, nada más funciona con su constante sístole y diástole, pero es suficiente esto para vivir? no se supone que en el corazón se localizan los sentidos, los sentimientos que nos hacen estallar en emociones indescriptibles, por qué es que yo no los siento? por qué me abandono tan rápido la esperanza de seguir sintiéndolo?, me encuentro conmocionada por no entender que es lo que ha fallado en este tiempo, un poco sorprendida de que el tiempo haya pasado tan rápido, pero siga siendo tanto tiempo, ya casi había olvidado que un día me prometí volver a querer como antes, en un plazo no muy largo, pero se extendió la vida y el plazo se hizo infinito, la promesa la había olvidado, porque lo que hice antes no era querer, sino jugar a hacerlo, que hago ahora, que me quedo aquí pensando, escribiendo y buscando la solución que encontrare tan fácil, porque al menos sería menos complicado si conociera lo que busco, pero no sé lo que se siente con un beso real, si los únicos que he regalado han sido un fraude a los sentidos.

No te rindas ángel de amarguras

si junto a tí crecí riendo

No te apagues esperanza

que mientras tu cierras los ojos,

yo aquí sigo en ti pensando

No te abandones alma ingenua

que la oscuridad te está llamando


Murmuras siempre tus desdichas

y yo escucho en silencio,

para interrumpir tu llanto

acomodarlo en mi hombro

y hablar quizás muchas incoherencias

que interpretadas en nuestro lenguaje

resultan en un te quiero ingente

un abrazo conciliador

y un consuelo temporal


No desistas heroína

de la misión que has emprendido

El agua continúa fluyendo

y tus lágrimas siguen cayendo,

como tormenta de aguanieve

con la melancolía de las nubes

No te caigas compañera de sueños

que aunque duela y nos destruya

la vida es más que esto


En dieciseis años,

aún tus ojos están cerrados

No detengas el tiempo ahora,

cuando te quiero regalar un suspiro

No pagues ese tren sin regreso

Amiga, no sigas huyendo

No me dejes con palabras en la boca,

bien sabes que eres tú

la mejor y a quien mas quiero.

martes, 20 de mayo de 2008

Posibilidades

No estoy tan segura de continuar caminando erguida, encontré un día que el descanso horizontal favorece a mis ojos, mi piel, mi pelo, mis pies y mi ánimo, pero en cuanto me levanto todo nuevamente comienza a decaer, por lo tanto concluí que el eterno descanso acostada paralela al suelo podría ser una opción para empezar a considerar, sin embargo, pensé también en las toneladas de tierra que se posarían sobre mi, infestadas de mi peor fobia, los gusanos. Por otra parte sobre esa tierra feraz florecerian mis anhelos incumplidos, en forma de claveles, margaritas y alelies que adornarian con colores una probable placa que tenga una inscripción de mi nombre. Aquí yace Aniviel Undomiel, soñadora empedernida y fría calculadora oculta, que entregó su vida en un verso y durmió con el amor sin tocarlo. Así continue barajando la posibilidad de despedirme no muy literalmente de la tierra, porque algo que habité una vez, como mi cuerpo, quedaría aún aquí, aferrado al dolor de extinguirse bajo los pies del resto de los mortales y con mi alma, ¿qué ocurriría con ella?. La regalo simplemente a la suerte que me designen o la conservo aquí quizás para convertirme en un alma desdichada que vaga sin palabras, sin suspiros y sin corazón, es lo peor, que hacemos en este mundo si no sentir, no importa nada más que lo humano, así deberiamos destruir las maquinas y acabar con lo material, para humanizar y sentir, entonces, si abandono mi tarea de dar golpes de hermosa tortura artística a este mundo, si dejo de maldecir el silencio, porque vine aquí a escribir palabras y a pronunciar poesía, a hacer muecas hasta oir una risa, a personificar una loca, una identidad prestada, vine y decaeré luego, pero con dignidad, con la posición vertical que siempre me ha pertenido, con la cara arrugada, pero esos surcos son resultado de mi vida, cada uno, una sonrisa, decaeré y sucumbirá mi imperio de sentidos, pero eso será cuando mi tarea esté cumplida y mis fuerzas agotadas, no quitare el cansancio de mis hombros, sino que sumare batallas y continuaré caminando erguida.

jueves, 13 de marzo de 2008


Complicidad en tu mirada de secretos compartidos, mientras esto sea un misterio dejame decirte que una sonrisa se me escapa cada vez que te veo, no sabemos hasta donde podemos llegar, mientras sepa leer tus ojos, puedo decir que esto es real.

lunes, 18 de febrero de 2008

Mis sueños mienten de verdad


Jamás hubiese esperado este final, la historia termino sin comenzar y todo lo imperfecto aparecio en ti. La sed y el hambre aparecen sin piedad, la pena me enduerece más y más, recordando el abrazo que abrio la herida. Crei que podria dejarte tan feliz, ahora que estoy lejos del lugar donde el oro brilla a pesar de ti. Solo espero cada noche para verte, mis sueños mienten de verdad y aunque a veces cueste un poco escuchast, el sonido de un piano siempre está. Jamás se abrieron las puertas del lugar, emociones llenaron el salon, quedandose perdidas sin poder morir.

domingo, 17 de febrero de 2008

Magicamente y sin pretextos comenze a pensar en lo vivido desde que ya no estás, en que el tiempo sometio a un gran letargo a un corazón que late intenso, en lo que desde un tiempo hasta ahora suelo creer, pense un poco en la complicidad que comparto en soledad, otro tanto en la tristeza que causaba tu ausencia y en lo fuerte que me converti luego de decirte adiós, en lo rápido que perdi tu huella y en lo mucho que demore en borrarla. Sin excusas y sin sabores de olvido continuabas rondando el jardin de sueños que guardaba para ti, pero como todo, el tiempo se encargo de desarmar los planes, ahogarlos y rehacerlos. Ahora que me encuentro serena esperare quizás ver caer la primera hoja de otoño para volar, para irme lejos, para volver a empezar.

sábado, 16 de febrero de 2008


Muy bien, lo dire quizás... odio este blog, porque me hace sentir patetica y escribo para mi, aunque un par de personitas lo lean de vez en cuando, es para mi, por sus errores por millones de cosas incomprensibles, por tanto más... porque querer no esconderme, por ser algo tonto y no pensar mucho cada palabra, solo van de la cabeza al teclado... sin releer, sin nada, es tan estupido, como real... es vida... es la unica forma que hay... ahora quiero empezar de cero, el sentimiento de ser patetica no me agrada del todo y podria ser mejor si escribiera para entender y no para llorar...

Mi loco amor de verano?

Te mire en la mañana cuando despertabas suavemente, sin querer se cruzaban los pensamientos y leiamos nuestras mentes sin una sola palabra, sin querer cantabas, sin querer me mirabas fijo y me decias las letras de esas canciones... "Aún ni siquiera te tengo y ya tengo miedo de perderte amor", tu sabias que me hacias entender solo con tus labios una confesión de sueños, todo sucedio cuando llegó la noche, cuando te volvias mágico y descubrí que eras perfecto, cuando sin preguntar supiste descifrar mis sueños, me quisiste tuya y te anhele mio, pero en la barrera del pudor levantaste una canción de amor, para decirme que no te enamoras, que me quieres a mi, como un romance de niños, con una mirada tan tierna, como pasional, entre un vaso que ahogaba la verguenza, entre una risa que te acercaba más, en un encuentro en el pasillo, en una mirada de complicidad, me enamore esa noche de tu voz, de tus manos, de tus labios, de lo que eres sin pensar en realidad... Por una noche sería perfecto, por una noche no habria nadie entre los dos, sonriendo timidamente, para decirlo una vez más... solo se tu nombre amor, no necesito ni tu telefono, nada de ti, para tenerte cerca, que sería de nuestro amorío veraniego cuando te vi conducir hasta la otra ciudad y luego te imagine con la mujer que corresponde, alegrandote de la noche en que nos enamoramos.

jueves, 31 de enero de 2008


Quizás si me voy se acaba la culpa, los recuerdos y tu cara.


Era muy raro escucharlo a el decir que parecía mayor, que no se imaginaba que pudiera escribir eso, quizás cuanto pensó que había vivido y lo más probable es que tubiera razón, enredada siempre en el lío más dificil y doloroso, ya me había acostumbrado a sentir tanto que cada día se me hace más dificil estar ausente, todo pasaba tan rápido, todo se intercambiaba de emociones destructoras, de unas pocas más alegres que dejaban un gustito dulce, pero que se iba tan pronto pasaba el día, sin embargo las que siempre quedaban eran esas que ahorcaban sin piedad la dignidad y el llanto, las que queria sentir ahora, siempre es más fácil vivir en el miedo, que en la felicidad que todos piden compartir, en las sensaciones lúgubres, tal vez sola, pero tranquila... Que rídiculo, pero acostumbrada a la comodidad simplemente terminamos todos llorando por rutina, lamentandonos como metodo de defensa y escribiendo para sentirme aún más muerta.